sábado, 31 de diciembre de 2011

Por qué escribo

Escribo porque estoy sentado entre palabras, cada una con su cara.  Cada una con su forma, con su aroma y su ilusión.

Escribo, porque ausente, siguen ofreciendo su frescor de pasta de dientes mentolada.

Escribo porque no se cansan; ansioas como uvas de Nochevieja.

Escribo porque dan la vida que encierran con sólo acercarte a ellas. 

Escribo menos de lo que debiera, aunque nadie me lea.

Escribo esperando lo que ni siquiera soy capaz de imaginar.

FELICIDADES A TODOS

el Josémiguel

miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Por qué escribo?


(Tengo aquí en mi pecho un corazón empeñado en latir noche y día, que no da tregua a mis emociones.
El me ordena, me motiva, y hasta mi mano llega el impulso visceral de escribir.
Yo obedezco a lo que siento, me dejo llevar y derramo mi sangre en forma de letras para expresar mis luces y mis sombras.

Tengo también una cabeza que no descansa, en la que vive en perpetuo movimiento todo el abecedario de inconformidades, de rebeldías y de indignación ante las injusticias mundanas y sucias.

Grito entonces también con mi mano, grito en los papeles y en el teclado.
Escribo para eso, para salir a la luz sin miedo, y para expresar lo que a otros les obligaron a callar.
Escribo para gritar libertad).

martes, 27 de diciembre de 2011

Por qué escribo


No sé como ocurrió esta aventura de escribir, sé que antes de que las palabras se sujetasen a mi caligrafía en el papel, las palabras viajaron a modo de cuentos a través de la voz de mi abuelo hasta mis oídos.

Cuentos con los que imaginaba un mundo de fantasía y que quedaron en mi interior como una semilla que germina igual a una planta. Pero hasta que no aprendí a leer y a escribir, no pude materializar mis sueños. Recuerdo que siempre atesoraba un cuaderno y un lápiz entre las manos, y con aquellos objetos me sentía protegida, tanto que, a cualquier contratiempo que sucediera los aprisionaba contra mi pecho. Aquellos cuadernos que confeccionaba con papel de estraza y grapadora, me permitieron dibujar princesas sin diadema y contar historias que me quitaban la angustia.
Con los años y el acné sobre mi cara, cambié las princesas por historias de amor, y los cuentos por versos tristes que enraizaba en interminables libretas de cuadritos. Emborronaba con tinta de bolígrafo el desengaño, el desamor y todos los sentimientos que por entonces afloraban en mi habitación. Mi cuarto, en muchas ocasiones se convirtió en celda de castigo y fue allí donde las palabras se bañaban con mis lágrimas, pero también allí afilaba mi lápiz y ensartaba el miedo para que las palabras brotaran de mi boca.
Hubo una época en la que me aferré a las palabras como el único puerto de un barco que hacía aguas, e incluso a punto de irse a la deriva. Fueron noches de insomnio, las cuales el sueño no se dejaba querer, y las busqué a conciencia para trazarme un camino. Otras veces eran ellas las que reclamaban mi atención; las presentía dentro y deseaban salir en forma de versos o frases sueltas que más tarde formarían cadenas de palabras junto a mis folios.
Con el tiempo mi necesidad de escribir se debía a querer reconciliarme con mi vida, igual mi vida estaba llena de historias que pasaron muy deprisa por mi lado y casi sin darme cuenta deseaba volver a recordarlas y que las palabras me dijeran como fue. Las historias eran piezas de un puzle que no acertaba a encajar, de alguna manera, escribirlas le daban forma, la forma para entender cómo sucedieron algunas acciones que andaban inconexas e incompresibles en mi memoria.
Después de mantener una relación de amor y odio con las palabras, ahora sostenemos una relación intima, ellas me dejan transmitir mis sentimientos y emociones y yo las ayudo a imaginar o a soñar por otras sendas de la vida.

Decálogo del Perfecto Cuentista

DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA
por Horacio Quiroga


1) Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios
mismo.
2) Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas
hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
3) Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más
que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.
4) Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas.
Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
5) No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento
bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
6) Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba un viento
frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una
vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o
asonantes.
7) No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un
sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero
hay que hallarlo.
8) Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra
cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o
no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios.
Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
9) No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres
capaz entonces de reviviría tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del
camino.
10) No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta
como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes,
de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Veinte años, veinte lecciones. Antonio Muñoz Molina.

(Texto publicado por Antonio Muñoz Molina a modo de conmemoración de sus dos décadas dedicado por completo al oficio de la escritura. Extraído del diario El País)


La lectura enseña tanto como el ejercicio de la escritura. Una celebración como la presente puede servir de pretexto para extraer conclusiones, para poner en claro algunas de las enseñanzas que ese ir y venir a través del lenguaje deja en quienes aman la literatura

jueves, 8 de diciembre de 2011

10 claves para escribir bien, según Rosa Montero


Un artículo sacado del País.
¿Para qué se escribe?
"Uno no escribe para decir nada, sinopara aprender algo. Escribes porque algo te emociona y quieres compartir esa emoción. Y tú sin duda sientes esas emociones que son más grandes que tú, y por eso quieres escribir, ¿no? No se trata de soltar mensajes sesudos".
¿Cómo empezar?
"Toma notas de las cosas que te llamen la atención o te emocionen. Y déjalas crecer en la cabeza. Luego, escribe un cuento en torno a una de las ideas... Para hacer dedos, también hay ejercicios. Por ejemplo, escribe un recuerdo importante de tu vida contado por otra persona. Puedes hacer ejercicios como escribir algo que hay sido muy importante en tu vida, quizá en tu infancia, pero contado desde fuera por un narrador real (por ejemplo un tío tuyo) o inventado, e incluyéndote como personaje".
¿Cómo enfrentarse a la página en blanco?
"Llamar la atención' es el primer paso. El huevecillo. Déjalo crecer en la cabeza... Juega a imaginar en torno a eso. Consecuencias de los hechos, posibilidades... Se escribe sobre todo en la cabeza. Y cuando tengas más o menos una historia, escríbela.
En cuanto a la rutina, depende del escritor. Tienes que encontrar tu método. Yo no tengo rutinas horarias, pero para escribir desde luego tienes que trabajar. Siempre es bueno forzarte a sentarte todos los días un rato, aunque no sea a la misma hora, y aunque no escribas nada".
¿Es bueno escribir sobre uno mismo?
"Hay escritores que hablan de su propia vida, pero que son tan buenos que consiguen convertirla en algo universal (como Proust o Conrad en El corazón de las tinieblas) y otros que cuentan cosas que no tienen nada que ver con ellos en apariencia, pero que las sienten como propias. O sea, que es un problema de calidad.... Si eres bueno, aunque narres algo real, harás algo universal. Eso sí, creo que hay más posibilidades de hacer mala literatura si escribes de tu propia vida, sobre todo si eres un autor joven. El autor joven siempre escribe de sí mismo aun cuando hable de los demás, y el autor maduro siempre escribe de los demás aun si habla de sí mismo. Ése es el lugar que hay que ocupar. La distancia con lo narrado. No importa que el tema sea 'personal' si lo escribes desde fuera".
¿Cómo se elige el nombre de un personaje?
"Los personajes suelen traer su propio nombre. 'Escucha' lo que te dicen. Es decir, escucha el nombre que se te ocurre al pensar en él. El escritor maduro es el que tiene la modestia suficiente para dejarse contar la novela o el cuento por sus personajes"
¿Qué hacer ante el bloqueo del escritor?
"Ah, sí, el bloqueo existe, sin duda. La seca, lo llamaba Donoso, porque se te seca la cabeza. Pero a veces no es un verdadero bloqueo, sino miedo, exigencia excesiva. No hay manera de escribir sin dudas: siempre se duda horriblemente. Se escribe a pesar de las dudas. Y el completo goce tampoco es tal.... A menudo escribir es como picar piedra".
¿Y ante el embrollo de ideas que luchan unas con otras?
"Sí, ése es un problema. No has conseguido enamorarte lo suficiente de una idea. A veces me ha pasado. Creo que es porque le damos demasiadas vueltas racionales: ¿saldrá mejor esta historia? ¿O esta otra? Ponte frente a tus ideas, escoge la que más te emocione y olvida las demás".
¿Es bueno juntar textos diferentes sobre el mismo tema?
"Me encanta que todas tus historias tengan relación. Pues no me parece mala idea intentar construir un todo con esos textos... Mira a ver si el conjunto te sugiere algo más. En estos casos, el todo tiene que aportar algo más que la suma de las partes.... Es un buen ejercicio".
¿Hay que dejar dormir los textos?
"Tardo unos tres años en cada novela; el primer año, la historia va creciendo en mi cabeza, en cuadernitos, en fichas y grandes cuadros de la estructura, personajes, etc. Cuando ya sé todo, los capítulos que va a tener y qué va a pasar, me siento al ordenador, y vuelve a cambiar".
¿Cómo encontrar el final de una novela?
"De nuevo, depende de las personas. A mí el final se me ocurre muy pronto y escribir es conseguir llegar a ese final... Pero a otros escritores se les ocurre el final mientras escriben, porque la novela es una criatura viva que te enseña. Déjate llevar. Es lo que hay que hacer".

viernes, 25 de noviembre de 2011

Así que quieres ser escritor/a?


Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
 

Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.

CHARLES BUKOWSKI EN ESPAÑOL