miércoles, 31 de octubre de 2012

Sangre y fuego






Disfrutaba con el sonido metálico y se sentía el amo del mundo cuando apretando su empuñadura salía con ella a lomos de su caballo con la intención de ganar siempre las contiendas que a veces eran más necesarias para su honor que para su riqueza. Poseía muchas tierras, pero su ego era vital para él.

Cuando la sangre enemiga la teñía de rojo en la lucha cuerpo a cuerpo se sentía mucho más poderoso e incluso reía a carcajadas mientras escupía sobre el cuerpo yacente. Tal era su ambición y su crueldad.

Rodrigo, Caballero de la nobleza, se había ganado a pulso el apodo de "el sanguinario", porque nunca veía saciada su sed de venganza con su espada como compañera, una espada larga con mucha capacidad de corte y de empuje, una espada que acariciaba por las noches mientras la limpiaba como se acaricia  el cuerpo de una mujer, incluso le hablaba en voz baja mirándola con una adoración desmedida.

Borracho de muertes ajenas, el arma de acero templado le templaba el alma, y un día al contemplarla junto al fuego de la chimenea se dio cuenta de que brillaba todavía más, por lo que decidió llamarla "La Espada de Fuego".


Dónde estás



Ha desaparecido del blog, no era gran cosa, la verdad, pero le gustaba jugar con el viento que la columpiaba.

 Poder ser lo que sus ilusiones le iban mostrando. Una palabra aquí, un no sé, allí. Un palo de fregona, mástil de bandera que ondeará la funda blanca, recién planchada, almohada de 105. Batalla que se pierde, piano que te anima…

Por eso, si alguien encontrara la “bandera de cualquiera”, que le diga que la busco, y cuando estemos juntos, mayor será mi afecto al poder verla libre, pelo suelto y mirada que llenará mil días y tres horas.

martes, 30 de octubre de 2012

El serpientes




El “Serpientes” tenía 11 años. Su divertimento era asustar a sus amigos. Presumía metiendo culebras por su faldón y sacándolas por su manga: brillaban sus ojos frunciendo el ceño.
Siempre estaba dispuesto a salir con su padre. Un día de invierno le requirió para talar higueras. Arrancó el motosierra. Había próximo un muro derruido sujeto por un alambre que obstaculizaba el trabajo. Por ello soltó la máquina en el suelo, para retirarlo. Al instante el niño saltó y empuñó la máquina. Apretó el gatillo con tal suerte que la pala dio contra el alambre y rebotó. El padre voló para quitársela. La cortante cadena se paró. De la frente brotó la sangre y rápido le aplicó su pañuelo.
El pequeño reconoció su imprudencia y le dijo que apenas dolía. Echó mano al teléfono y marcó 061. Una muchacha le contestó: “Siéntelo, apriétele fuerte la herida y cúbralo”. Nueve minutos tardó la ambulancia. La sangre no fluía. Era necesario llevarlo al hospital. El niño haciéndose el remolón intentó atrapar a un gato que jugueteaba.
En quince minutos ingresó y un médico resuelto dijo: “La herida no es grave, el hueso está intacto. Te coseré sin dolerte”. El niño miraba sorprendido al que le auguraba tanto bien.
-Prométeme no jugar más con esa ruidosa máquina.
-Sí, se lo prometo - respondió al instante-, pero vi a una rata meterse ...
La resonancia obtenida mostraba un pequeño hematoma interior.
A los cinco días de estar ingresado le dieron el alta: la herida estaba cerrada pero al descubierto. En el ascensor daba saltos de alegría. Una mujer y su niñita se subieron. Miró a esta con cara satisfecha, mostrándole su curada frente y frunciendo el entrecejo, abriendo y cerrando los ojos de forma intermitente. La niña, espantada, observó aquella cicatriz: era como una viborita reluciente que se adentraba, presurosa, por la cabellera del curioso personaje.
(29 Octubre 2012)

viernes, 26 de octubre de 2012

Por las encrucijadas de la vida ( Micro relatos)



Fue una atracción perfecta, planificada por las encrucijadas de la vida, se presentó perfumada y amable. Aceptó, pudo sentarse en uno de los sillones relax, reconvertibles en cama plegable. Desanudó el pañuelo de seda, lanzado al aire fue águila, gaviota, mirlo y por fín alondra vespertina. 

Mientras, intentaba quitarse el zapato con la ayuda del otro pie, alzó la mano y pidió un lugumba con cubitos. Justo ahí aparecieron los de seguridad del Centro Comercial… lo demás fue cara de felicidad al recuperar su pañuelo extendido en la alfombra líbremente, calzarse su zapato y decir,  tengo una tirita en la herida que más duele y nunca cura. 

Lo acompañaban a la salida, volvió la mirada de poeta loco agradecido a todo y a todos.

jueves, 25 de octubre de 2012

Renacer



Microrrelato en tres frases.






El sol vuelve a ser protagonista en la desolación del bosque.

Los hombres replantan nuevos árboles  en el mismo lugar donde otros fueron asesinados.

Tiempo después aquél lugar espera que las manos de los imprudentes no vuelvan a masacrarlo.





Este Jueves un relato: Pétalos de azafrán ( Microrrelatos)



De lo grande y lo pequeño, ni siquiera sé ahora mismo si va junto o separado, tampoco lo sabía ayer, lo de micro relato...  es la duda, entonces cómo voy a... pues es que...

a veces  los grandes deseos, tanta perfección, impiden que el día, ese humilde día revestido de pétalos de azafrán carísssimo, y al que cargamos de rutinas, prisas y bla,bla,bla nos pida un margen para hacernos más felices…sus latidos ♫ escríbeme ♫”. 

Entonces con colores de caramelo, esperará que lo saquemos a bailar.

Más colores en The Dayly Planet's 

miércoles, 24 de octubre de 2012

ISABEL Y LA JUSTICIA ( Microrrelato)

ISABEL Y LA JUSTICIA
Cristóbal Encinas Sánchez, para el taller de escritura LOQUEPIENSOLO ESCRIBO. Nº 4 (Jaén, a 23 de octubre de 2012).

El llanto del pueblo clama justicia. Isabel monta en su caballo y no espera al alba. La fuerte lluvia no es obstáculo. Cruza veloz angostos puertos y extensas llanuras. Encuentra a los malvados: les aplica la ley. El pueblo tiene amparo. 

 

martes, 23 de octubre de 2012

Matemáticas personales (Microrrelato)




 (Fotografía: E.Fernández)
Había decidido vivir la vida  en partes divididas entre sí,  igual a  las estanterías separadas de un mueble.  Por eso, en cada papel  sería una persona diferente  que desconocía la existencia de otras  que allí mismo habitaban