domingo, 9 de junio de 2013

Un matrimonio con su hijo y una anciana con gafas de sol. La anciana le pregunta al chiquillo en tono divertido si tiene novia. El chico debe tener unos ocho años. Le mira tímido y niega con la mirada. La anciana persiste: “¿Estás seguro? Estás ruborizado, eso es que sí tienes a alguien”. El niño se relame los labios, no dice nada. Sus padres le acarician la cabeza, ríen. El niño camina delante de ellos, mientras la anciana habla sobre los boletos y de cocina francesa. El niño se detiene, hay una gitanita observándolo detrás de un cubo de basura. La anciana presencia la escena y codea a los padres.
-         
    - Carlos, ven aquí.- grita la madre.

El niño no le quita el ojo de encima a la gitanita. Ella se echa el pelo enmarañado hacia atrás y deja ver su carita sucia pero dulce. La mirada de una niña que tiene ante sus ojos el amor. El padre del niño lo agarra del brazo y lo obliga a no mirarla. La anciana dice en voz alta “¿Lo veis? Ya sabía yo que el niño se nos ha enamorado, es fácil averiguarlo en los ojos de la juventud”

Caminan calle arriba con ávidos pasos. Cuando el niño vuelve a girarse, la gitanita ya no está. 


Sara G Martínez.

jueves, 16 de mayo de 2013

Oro


Cuando  no podemos más, todas las puertas se cierran.  Y cerradas siguen hasta que no las necesites. Entonces de par en par, ofrecen con insistencia lo que ya, da igual.

Matrimonio de enamoraos, dos hijos, sacando de la chistera de la vida las migajas que… , para ellos ni eso.

Vienen noticias. Oro para todos y para toda la vida. Sólo hace falta un poco de suerte.

Cómo no cambiar esta vida sin futuro, doloría. Y buscar otra, que no  rompa el alma cada día, ver a los  niños sin na. Casi encueros.

Cualquier cosa parece mejor. En poco tiempo se convencen unos a otros. Con miedo dejan “todo” porque otros ya lo hicieron. El hambre, lobo contumaz, rondando siempre a los mismos.

Las nubes que vienen del Aurun, han visto cómo se apagan las ilusiones, las vidas, las esperanzas. Si pudieran hablar desde su perspectiva, detendrían  la caravana y lloviendo, llorando agarrarían las palabras más dolorosas para gritar que están  muriendo de frío, de calor, humillados, de pena, de miedo, de dolor,  de angustia.

Cuando uno vive así, la vida se escapa en mayor proporción de lo que correspondería.

Ya están en el Dorado. Ya no pueden más. Tampoco volver atrás. Ellos se esconden y lloran abrazados.  Dos niños juegan, sus risas los hacen dioses felices.

Pasa un hombre, pasa cerca. La esperanza de la humanidad. Anda despacio, el sombrero calado oculta qué mira. Al hombro lleva unas alforjas de doble bolsillo. Lleva allí diez años removiendo tierras, lodos, aguas.

Esta mañana encontró lo que todos buscan. Lo encontró en abundancia.

Va dejando atrás aquella miseria, soñando. Pero no pierde de vista el juego de los niños.

Los llama, vienen corriendo, sin miedo. Les dá a cada uno el  tesoro oculto en trapos viejos de lo que podría haber sido, no sé, desde aquí parece una  camisa. Y les dice: ¡corred a vuestros padres!. ¡No os paréis hasta llegar! Nunca los había visto antes. Ya se iba.

En ese instante, muy lejos de allí, en un pueblo andaluz, se escucha una Toná:

Veinticinco calabozos tiene la cárcel de Utrera, veinticuatro llevo andaos, el más oscuro me queda…

 

lunes, 13 de mayo de 2013

¡ No tenía toalla!


Bocadillo de queso en aceite de oliva. Tarro de aceitunas aliñás. Cerveza de litro muy fría en bolsa isotérmica, manzana reineta y… La Ciudad de las Damas de Cristina de Pisán. Es lunes, son las diez de la mañana. Me voy al campo.

Dejaré  la protección de las seguridades que nos vamos creando. La lucha se hace  a cielo abierto, buscando  nuestro sueño, desengaño que atormenta, Semíramis entre los bosques.

En mi libreta leo “escribir hincha el corazón de felicidad”.  Sara.

Por eso si es preciso se emborronan  dos folios sueltos, que la cosa no da para más.

El día se fue como un peregrino, por el horizonte, sin prisas, dejando sólo lo que no se podía llevar.

Estaba dispuesto a buscar el no sé qué,  ¿ qué ?, no sé…  un desayuno en América?.

Un día de estos tendríamos que ir a la Tierra de los Pájaros Pintados y darle un beso a Gaby.

No puedo olvidar, fue inmensidad, danza, mercado de especias,  jardín de rosas, caricia que sólo se apunta, movimiento de una lágrima que anda sola, amor que se oculta.

Ya es noche, ya lo sé. Ya me voy. Luna que abrazas mi alma entre los olivares, suéltame. Mira que tengo que escribir.

Primavera nocturna, desnuda entre las aguas de un río  flamenco; dejas tu baño y sales, alga verde de terciopelo, cinta para tu frente,  cabello largo, … andar seguro, pero no tienes toalla. ¡Qué barbaridad como está la primavera!

Escribo, es tarde, antes de dormir me hago un café. El ordenador tiene calor. Ya en la cama, me levanto. Me asomo  por la ventana  y mirando a la estrella que más luce le pregunto a quién convenceré para que lea lo que tejo y destejo, escribo y describo cada día.  Firmado Lorenzo de Silva.

Mañana, como siempre que escribe, hará  fotocopias,  y las dejará en los buzones, como el que reparte los folletos del Carrefour, él deja sus folios.

Es una intuición, quizás alguien antes de tirarlo a la basura, lo dejará por ahí, y empiece a leer aunque sólo sea el primer párrafo...

Este es mi sueño y nadie tiene que creerme, sólo leerme. Siempre agradecido , Lorenzo de Silva.

 

jueves, 9 de mayo de 2013

Corazón contento


 -        ¡ Tirillas, que eres un tirillas!

Fue lo que le disparó el del coche amarillo, con una mirada de radiografía amenazante; ¡respire… no respire!. Y como  respires  cuando no debes le doy al botón rojo.

Nuestro protagonista no quería ni mirar.  Sólo se había cambiado de carril. Lábil, lábil no era. Ni conduciendo, ni pensando, ni viviendo. Es lo que tiene a veces ser Libra. Pero era feliz,  siempre menos de lo que soñaba que llegaría a ser.  

En el oleaje están las mejores burbujas rubias que puedes respirar. Es ahí cuando un torrente chispeante de sal yodada  sube la tensión, inoculando ansias de ser ...  fosas nasales libres, sin barreras, sin peaje. Aire  mezclado con   ilusión solar, y la piel con restos de todos los naufragios que en los mares han sido.

No era malote, ni zalamero, era eso, un náufrago, hartico de comer coco. Cuántas veces se había hundido. No me rindo. Cansino.

En cualquier isla desierta que lo acogiera, a la hora de merendar,  encontraba los ochíos de ajonjolí del horno de Manolico.  Y en ese mismo callejón,  refugiados como dos sombras, su primer beso envuelto en aromas de magdalenas con raspadura de limón.

Más que beso fue breva. Breve, la verdad. Pero  suficiente para sentir todo lo que aquí sabéis que pasa. Aquélla fue de crema.

Cuando la vida zarandee  busca aquél rincón.  Allí estaré yo, cantando un fandango por soleá  :

 

Querencia, querencia,

 por tu amor tengo querencia

si no te acercas a mi vía

yo ya he perdido la paciencia

porque no puedo sentirte mía….

 ♫ ¡¡¡Ay, Ay, Ay!!!

 

 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Un dolor emocional


Siempre perseguimos un sueño cuando escribimos… y cuando no, ¿qué hacemos?. Como novios encandilados por la fragancia del clavel; cante, patios cordobeses de humildes tiestos repintados; rojos, verdes, blancos, llenos de poesía.
Pétalos de aire que se pavonean ebrios de aguardiente y embrujo; quédate toda la noche.  Deja que la aurora se haga  la remolona mientras un beso graba la fugacidad del instante;  pena que nos avisa, ya somos jueves.

Volveremos a eso que siempre falta, lo que da no sé qué, lo que hace saltar sin miedos. Mirarse y encandilar al universo … Somos  capaces de atormentarnos por una mirada de pasión y entregarse por lo que nadie apostaría. Y si caemos malheridos buscaremos en el trino del ruiseñor el olvido, refugio para el corazón.

Puertas que siempre estáis por abrir. Colores que no èxisten… todavía. Besos que soñé y no te pude dar. Miedos que no me dejaron vivir.

Buscad  el aire del sur, veleta emocional; cuando elijamos el camino será porque  ya tenemos el mal de amores. El mejor. Estamos perdíos.

Más dolores emocionales en casa de Lucía


martes, 30 de abril de 2013


EL CAMINO

Cada uno, su camino
-decía un buen hombre viejo-,
tomarlo debe, sin prisa,
como el que toma un consejo
o bebe vino,
que el sabor viene despacio.

Si no se sabe, con tino,
marcar muy preciso el paso,
el camino se hace oscuro
y el viaje se hace largo.
Eso decía un buen viejo
que me encontré caminando.
 

miércoles, 24 de abril de 2013

Este Jueves, terrorismo

SIN TITULO PRELIMINAR 
Como un fandango, sin alma, sin letra sin vida. Cobardía del que dispone de los sueños, el marío, los hijos... la madre que llora bordando un recuerdo.

Camino que araña y que se pierde en el lago negro de negras duquelas.

Queda sólo la nada del pozo hondo, pozo que seca la boca y la garganta. Aire Que contamina en su paseo la razón.

Sol, luna, campos... no mireis.

Delirios de paz entre besos que pudieron ser, que todo pudo ser hasta que fue de otra manera. Habrá otra vida en la que nadie muera. Mientras; una oración. AMEN.  

Más historias en casa de Mª José 

martes, 23 de abril de 2013


NO HUYAS PRIMAVERA

Los campos tristes y solos se quedaron.
Aromas de azucenas y otras flores,
se los privaron de ellos tus amores: 
tus huellas en sus mentes se grabaron.

Anhelan todos tu pasado; amaron
en toda hoja escondida tus colores;
mas no encontraron rastros ni rencores;
sinsabores dejaste, marchitaron.

Se va pudriendo todo, pero esperan
el amor que tú les diste en tu lecho.
Sí, ni la paz ni la vida prosperan.

Anhelan tu regreso; y yo te echo
pesares del esfuerzo que reiteran,
amores que tenemos sin despecho.

Cristóbal Encinas Sánchez (Córdoba, 1974)

lunes, 22 de abril de 2013

Ana Jaenera


Nos encontramos en plena calle Cerón. Sin quedar, sin previo aviso. Apenas llega el aromas de las paellas y peroles. Yo fui el que me acerqué. Y sin más méritos, ya hablamos de la felicidad, de la escritura, de la …

Ibas acompañada, sólo me miró al acercarme a tí y al despedirnos. No intervino, aunque fue muy correcto.

Hoy te he visto en el autobús, por el Bulevar. Hablando y mirando. Recién peinada. 

A veces la vida nos empuja a la vez que protesta: ¡haga méritos si puede!.

Contigo, el mayor mérito es el haberte conocido. Conversaciones, tres pa tres, como un cante conmovedor, siempre llegan al alma.

En Café de Palabras nos tienes, entre los besos regalados, de los que como tú, a pesar de todo, escriben.

Lady Jane

No habría culpas que compartir. Son mías y las que no también. 

Pasea con la mirada puesta en la vida. Tantos meses de frío y ahora, la sonrisa de la primavera le desnudó. 

Se queda sin sus pantalones de pana, el polar azul, los guantes, los calcetines gordos y le cambian la hora. 

En la cuesta de las Carmelitas, había tal derroche de azahar que al respirar se hizo naranja. 

Sus pensamientos eran ya zumo con su vitamina C y su fibra natural, tan necesaria que no sabemos lo que tenemos. 

Pensamientos entrelazados, música romántica, paseo por las estrellas, conversación en la noche, reflejos de pasión y miedo del que no sabe por qué ama y escribe y canta.

Rutina al ritmo de pequeños sorbos de desilusiones, salida nula, canción que aproxima los labios al vaso de vodka acaramelado. 

Parado frente a un árbol bellísimo de la Alameda, entró en éxtasis. No sabe cuánto tiempo pasó (nosotros, si. Veinte dos segundos) Las hojas fusia, parecían querer regalarle la respuesta… pero dió tantas… Pensaba que era una. Lloró como un geranio. 

Seguiría buscando, amando en un cante flamenco los reflejos de su amada.

Ahí lo tenéis, la camisa entre abierta, mirando por la ventana, jugando con el boli, escribiendo en su libreta, lo que desde esta mesa parece un poema: “ Hoy pídeme todo y me parecerá poco, … “ 

Luego quiso vender al camarero, otra vez, su escritura a cambio del café y media. No pudo ser. Mañana, quién sabe si valdrá por lo menos un desayuno.

Sacó de su bolsillo el euro cincuenta, pagó mientras con una sonrisa que no llegaba a serla, le repetía lo de siempre. Manolo, sales perdiendo.

Ya en la calle, en sus auriculares escuchó Lady Jane, de los Rolling. 


miércoles, 17 de abril de 2013

Límite 20, más un anexo.



Yo, soñador que se levanta a las doce,  renuncio a todos los miedos que surfeando aparezcan en plena ola marina (límite 20).



(viene del límite anterior, que por ser lo que somos, invito a dar un paseo por la primavera que está que se sale del tiesto)



Yo, con argumentos inapelables, renuncio a dejar de sentir el sabor de la sal en los labios.


Yo, compañero de proyectos insuperablemente fracasados, renuncio a dejar pasar la danza de una mariposa, que a cámara lenta va dibujando su camino, dejando una estela de fragilidad y belleza.


Yo, escritor que se embelesa con los escritos de los demás, renuncio a no publicar en papel.


Yo, en definitiva, que me pierdo escuchando una balada de las que se bailan mientras hablas al oído, renuncio a la ronda de cervezas si me toca apoquinar a mi, alegando que ya es tarde. 

Pero a tí no puedo renunciar, porque en esa renuncia me va la vida.  

Más renuncias en lo de Juliano

sábado, 13 de abril de 2013

La botella de Jabalcuz



El viento  arrastrando sus pies, alargaba su mirada, soñadora, sugerente, evocadora, nostálgica: es que no te das cuenta, serrana, que con el jazmín en tu pelo me dejas perdío.

Todo iba cambiando, todo menos el campo, el aroma del tomillo y el Ojo de Buey de la Fuente de la Peña.

Es como un punteo de guitarra, cose las ilusiones,  esas que ya no se atreven a mirar de cerca.

Me fui a Jabalcuz, su balneario derruido, guarda el agua que tantos han buscado. Allí encontré la botella flotando . Lisa como la pluma, verde como sus ojos, juguetona como un acertijo.

Brilló para llamar la atención, no supe si cogerla porque tendría que descalzarme, quitarme los calcetines, remangarme los pantalones y se oía el croar de lo que podría ser una rana, o no. Su guardiana.

Y si cuando estoy cerca de ella, al tocarla me convierto en algo.

Y si al sacarla del agua y tenerla entre mis manos… y si al descolcharla quedo atrapado en su mundo y no quiero volver.

Vacía, transparente, y tan llena. La cogí,  sequé, y debajo de un pino echamos la siesta. Sólo al despertar vi la inmensidad de la vida. Ya sin miedo la abrí, y con la primera rendija de libertad salió un quejío por alegrías:

 Deja que el aire me lleve a ti, busca la vida que te doy, vámonos a Jerez, que entre manzanilla, juncos  y golondrinas será  lo que está escrito. Noches que por ti serán libres de oscuridades, amantes amarraditos.

Qué vacía parecías, que llena te mostraste.

jueves, 11 de abril de 2013


UN COMENTARIO APRESURADO

Para el Taller de Narrativa. Nº 7 . Loquepienso, loescriboaquí,
Lema: Las prisas.    

     Fui a pedir cita para el traumatólogo. La sala de espera rebosaba. Había cola para salir. Hacía calor y dejé la puerta entreabierta. Me quedé próximo a ella para estar fresquito y aligerar el tránsito saliente. Tras unos minutos un paciente resopló:
      -“Se va a escapar el gato”.
Comprendí al instante que lo decía por mí y me di por aludido.
      -No he cerrado la puerta para tenerla expedita y  los ya visitados saldrán más deprisa-. Eso es lo que alegué al imprevisible contertulio, pero no lo aprobó. Le dolía la espalda y con el  biruji, que entraba encañonado, más. Cerré sin dilación. - Solo vengo a pedir cita y me voy- le dije, para su tranquilidad.- El calor seco va bien para el dolor. En casa disponemos de una manta eléctrica que ha funcionado bien hasta hace unos días. Su termostato está fabricado en Barcelona y lo repararé-. Esta fue mi expresión para salir del paso.
       - Yo también tengo una, de marca alemana- respondió satisfecho. -Es del tamaño de esta radiografía-  y me la mostró. Su mujer, que estaba sentada junto a él, argumentó sin demora:
       - Cuando en casa se avería algún aparato, mi marido lo compra nuevo sin pensárselo dos veces. Porque si cuesta arreglarlo 20 y nuevo vale 40, no merece correr riesgos y perder el tiempo dos veces.
Yo le dije que sí lo merecía. Y secundé:
       - En una ocasión, en Tarragona, se nos estropeó el cierre de la puerta de la  lavadora. Lo sustituí fácilmente por otro nuevo y siguió funcionando bien durante varios años. Me costó solo doscientas pesetas.
  - Entonces fue por eso de la pela, ¿no? – me interpeló él.
  -¡Hombre, claro!- y deslicé el dedo índice sobre el pulgar, varias veces, indicando así el ahorro de dinero.

La enfermera me llamó para concertar la cita. Y cuando ya me iba, esta le dijo a mi interlocutor que el médico le esperaba. Pero antes de entrar a la consulta, y de repente, se volvió hacia mí,  y me preguntó resuelto:
       - ¿Nació usted en Cataluña?
Todos los asistentes se volvieron hacia mí un poco extrañados.
  - ¡No! ¿Se me nota?  Yo soy extremeño.
  - ¡Ah! Es que usted ha estado contándome anécdotas de esa región y ya estaba harto.
He roto radicalmente con ellos; no los trago.
   - Bueno, hombre, tampoco es para tanto- susurré.
   -¡No quiero seguir la conversación! Por cierto, el champán de Badajoz está buenísimo y es barato. A 1.80 euros la botella.
    - Muy bueno, sí-. Le reconocí, alejándome, pues se la hacía tarde.
Pensé que algo desagradable le ocurrió en esa región y por eso manifestó sus sentimientos sin ningún reparo.
 - Adiós.¡Y que se mejore usted!- dije.

Acto seguido salí, y esta vez dejé la puerta bien “tancada”.

 (Jaén, a 3 de diciembre de 2012)



martes, 2 de abril de 2013

Chispeando



Lo que digo y digo siempre es que cuando llega la primavera, el mundo vuelve; niño que en un instante descubre con asombro el jardín repleto de ilusiones, columpios, toboganes.

Por vez primera; una flor lo mira, lo contempla, lo aprende, lo espera, lo llama, le manda su aliento, suspira. Y respirando el suspiro se hacen uno. 

Todo a partir de ahora serán besos … que se sueñan. 

Empieza a chispear, suele ocurrir, qué cosa que merezca la pena no chispea.

Luego vinieron lunas que se pintan un lunar, cada trozo de cielo se irá haciendo cinesín.

Desde la ventana de los tristes, por no tenerla entre sus brazos, recordará el bizcocho de naranja, sefardí, velo blanco, agua de azahar que inventa su nombre y lo repetirás cantando. 

Flamenco que retiene el aliento herido por un parpadeo. Quién te podrá curar.

¡Ay, cantaor, cantaor que se enamora de la primavera, no vayas a beber agua de la Fuente de los Albaricoques!

Como un martillo que golpea sobre el yunque son los días que no te veo… pa qué voy a seguir, si ya no duermo como antes, ni como roscos de vino.

Cuando me preguntan por qué, sólo digo que un día de estos yo me voy a la eterna Triana, en su madrugá llena de abriles y mayos te espero, no me faltes.