lunes, 13 de mayo de 2013

¡ No tenía toalla!


Bocadillo de queso en aceite de oliva. Tarro de aceitunas aliñás. Cerveza de litro muy fría en bolsa isotérmica, manzana reineta y… La Ciudad de las Damas de Cristina de Pisán. Es lunes, son las diez de la mañana. Me voy al campo.

Dejaré  la protección de las seguridades que nos vamos creando. La lucha se hace  a cielo abierto, buscando  nuestro sueño, desengaño que atormenta, Semíramis entre los bosques.

En mi libreta leo “escribir hincha el corazón de felicidad”.  Sara.

Por eso si es preciso se emborronan  dos folios sueltos, que la cosa no da para más.

El día se fue como un peregrino, por el horizonte, sin prisas, dejando sólo lo que no se podía llevar.

Estaba dispuesto a buscar el no sé qué,  ¿ qué ?, no sé…  un desayuno en América?.

Un día de estos tendríamos que ir a la Tierra de los Pájaros Pintados y darle un beso a Gaby.

No puedo olvidar, fue inmensidad, danza, mercado de especias,  jardín de rosas, caricia que sólo se apunta, movimiento de una lágrima que anda sola, amor que se oculta.

Ya es noche, ya lo sé. Ya me voy. Luna que abrazas mi alma entre los olivares, suéltame. Mira que tengo que escribir.

Primavera nocturna, desnuda entre las aguas de un río  flamenco; dejas tu baño y sales, alga verde de terciopelo, cinta para tu frente,  cabello largo, … andar seguro, pero no tienes toalla. ¡Qué barbaridad como está la primavera!

Escribo, es tarde, antes de dormir me hago un café. El ordenador tiene calor. Ya en la cama, me levanto. Me asomo  por la ventana  y mirando a la estrella que más luce le pregunto a quién convenceré para que lea lo que tejo y destejo, escribo y describo cada día.  Firmado Lorenzo de Silva.

Mañana, como siempre que escribe, hará  fotocopias,  y las dejará en los buzones, como el que reparte los folletos del Carrefour, él deja sus folios.

Es una intuición, quizás alguien antes de tirarlo a la basura, lo dejará por ahí, y empiece a leer aunque sólo sea el primer párrafo...

Este es mi sueño y nadie tiene que creerme, sólo leerme. Siempre agradecido , Lorenzo de Silva.

 

1 comentario:

Lo que pienso lo escribo dijo...

Jajjajaj aquel día en el campo fue memorable, y con tus palabras, buen amigo, has creado una perfecta sintonía para aquellos momentos.

Sara.