Un matrimonio con su hijo y una anciana con gafas de sol. La
anciana le pregunta al chiquillo en tono divertido si tiene novia. El chico
debe tener unos ocho años. Le mira tímido y niega con la mirada. La anciana
persiste: “¿Estás seguro? Estás ruborizado,
eso es que sí tienes a alguien”. El niño se relame los labios, no dice
nada. Sus padres le acarician la cabeza, ríen. El niño camina delante de ellos,
mientras la anciana habla sobre los boletos y de cocina francesa. El niño se
detiene, hay una gitanita observándolo detrás de un cubo de basura. La anciana
presencia la escena y codea a los padres.
-
- Carlos, ven aquí.- grita la madre.
El niño no le quita el ojo de encima a la gitanita. Ella se
echa el pelo enmarañado hacia atrás y deja ver su carita sucia pero dulce. La
mirada de una niña que tiene ante sus ojos el amor. El padre del niño lo agarra
del brazo y lo obliga a no mirarla. La anciana dice en voz alta “¿Lo veis? Ya sabía yo que el niño se nos ha
enamorado, es fácil averiguarlo en los ojos de la juventud”
Caminan calle arriba con ávidos pasos. Cuando el niño vuelve
a girarse, la gitanita ya no está.
Sara G Martínez.