Ha desaparecido del blog, no era gran cosa, la verdad, pero
le gustaba jugar con el viento que la columpiaba.
Poder ser lo que sus ilusiones le
iban mostrando. Una palabra aquí, un no sé, allí. Un palo de fregona, mástil de
bandera que ondeará la funda blanca, recién planchada, almohada de 105. Batalla
que se pierde, piano que te anima…
Por eso, si alguien encontrara la “bandera de cualquiera”,
que le diga que la busco, y cuando estemos juntos, mayor será mi afecto al
poder verla libre, pelo suelto y mirada que llenará mil días y tres horas.
1 comentario:
Oye Jose Miguel, no se que ha pasado con tu relato, pero si lo tienes escrito vuelve a colgarlo porfa. Lo mismo fue un error mío el otro día, pero no estoy segura. Venga a mi me gustó mucho, sobre todo por el sentido del humor que tenía.
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