Érase una vez… palabras, la más flamenca, Érase. Con tacones presumía, al compás de su cante cambiaba los
corazones. Y a todos susurraba que el escribir una palabra, sólo una, era como
llenar una copa de vino único, cosecha propia, la que nadie tiene. Barrica que
tanto has mimado, habrá que escanciarlo con sorbetes que rieguen las ideas
tanto tiempo madurando. Mejor hoy.
Luego arreglá, bromea; frunce las cejas si no ríes. Enganchá
del brazo no deja de contar, pide ir a la feria de San Lucas por sendas
llenitas de historias, de vidas, de promesas de besos, de tapas…lo que salga de
tu boca yo me lo creo, cuéntame.
No te das cuenta que cada día sin escribir, te pierdo. Es
que no sabes que has terminado los exámenes y puedes, sin pedir permiso, soñar.
No te preocupe el no sé, ni el cómo, ni la gramática. Ni el repetir en pocas
frases el mismo entonces cinco veces. Porque se entiende. Todo se corrige,
menos una caricia.
¿Y el nudo?, el único que te tienes que conocer cuando pierdas algo es el de San
Cucufato. Eficacia probada.
Escribe porque sí, para que podamos sentarnos, recostados en
el tronco de una acacia, donde los cuentos anden sueltos con las novelas y los
ensayos.
Escribe porque llegará un momento en que te devolverá por
cada sílaba una historia que escribiremos juntos.
Así es Érase, luego en las casetas se bebió hasta el agua de
las macetas, pero esa, es ya otra historia.
1 comentario:
Escriba señor Jose Miguel y que no se pierda una sola palabra, porque las palabras enamoran. Vivamos la feria de San Lucas como si fuera la primera feria de una vida que comienza.
Un abrazo.
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