PARANOIA DE LOS BESOS Y TAL
Pedir un
beso es la cirugía del labio que se desprende te quiero a te quiero
de las musas platónicas. Para acabar besando sapos. Deseo vivir en
una canica como Plutón, haciéndole el amor a un Principito que
dibuje con sus manos mi vientre, como una sombra china, como una
serpiente, al amparo esencial de una rosa, a los ojos invisible…
Ahora no pido el beso, pido el labio. Pedir un labio es… querer
beso a beso sus labios con los míos a te quiero partido en el filo
de la luna, quiero un te quiero de noche y un beso de buenos días,
quiero a quien no me ha querido nunca, no quiero que me hagan el
amor, quiero que me hagan viento, quiero un poeta violento con el
alma desnuda.
El beso
de Rodin
a las
tres de la mañana.
Y del
modo en que la lluvia amaina la labia al rojo vivo de un quinqué
enamorado, elevarnos. Como el ave luz que anida en el sol de todos
los mundos. Como el esqueleto azul de las libélulas que alzan el
vuelo desde tus ojos claros.
Hubo una
vez un labio sobre mi labio, de cuyo beso no quiero acordarme. El
ocho de la muerte haríamos cinco años, si aquellos labios hubieran
sido labios y hubieran aprendido a quererme.
Hubo una
vez un te labio y un beso quererte
de te
quiero en labios solamente, sin más tú que tú en labios y
silencio…
Pero del
modo en que a veces nos hacemos lluvia, amainaría el color de la ira
y sosteniendo las horas, te amaría, a lo largo del tiempo, en escala
de grises.
1 comentario:
Begoña, cuando lo escuche me pareció una preciosidad, ahora leyéndolo detenidamente me gusta mucho más. Una pasión de sueño.
Un abrazo.
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