Habrá que empezar a reconocerlo, al
mundo, redondete pintado de azul, le falta tu magia. Puedo escribir en las
paredes Te Quiero ∞,
recitar con el ritmo de lo espontáneo, pasear por calles que lleven tu nombre,
montar un chiringuito en plena biblioteca para vender castañas calenticas,… pero
tú conviertes una tarde de café, en una semblanza del que escribe, mientras
mira el vuelo de un gorrión.
1 comentario:
Quizás esa es la magia.
Un abrazo.
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