miércoles, 25 de enero de 2012

350 palabras en torno a la escritura.

La Escritura es ilu
La Escritura es ilusión. Se va haciendo presente hasta que se engancha de tu brazo y te pide pasear por el asombro;  parpadeando lo justo, incrédulos de lo que se está viviendo, se duda razonablemente hasta que terminas por abandonarte, mientras suena la música del anuncio de Calzedonia.
En la comisura de los labios  una sonrisa. Con el rabillo del ojo no pierdes ni un detalle de los jardines repletos de posibilidades.
La Escritura, tantas vidas juntas que terminan por saberlo casi todo. Con la mayor naturalidad lo que no sabe se lo inventa, realmente.
Primero, un tono que une. Luego, pensamientos que van reclamando tu imaginación, tu tiempo… hasta que rompe la cáscara de la almendra  y accede a su fruto. No importa que la almendra sea dura por haberse criado en las faldas del Castillo, pues nada, la rompe. ¡Ahí la tenéis, es la que rompe… la cáscara!
(A propósito, deberíamos fijar nuestras reuniones literarias en el  mejor Castillo-Parador Nacional-Fortaleza  de Europa, el de Santa Catalina de Jaén, entre armaduras y sillares de piedra; escudos y reposteros. Y cerca del comedor por si tenemos que pedir algo, mientras leemos al poeta Almendros Aguilar.)
Luego, serás tú quien la reclames. Cualquier perfume de albaricoque la evocará. Miras por la ventana por si pasara, acaricias las hojas del libro, finas como su piel. Palabras sugerentes aparecen bailando la danza del aire. Bellas como una canción italiana.  
Ya de noche, noche fría de enero, de frías sábanas de hilo egipcio, te encogerás buscando el calor de las mantas …, que poco somos cuando tenemos fríos los pies; hasta que poco a poco te van haciendo sentir su calidez, entonces te vuelve a buscar la que no duerme ni descansa porque tiene vocación de plenitud. La necesitas porque las rosas blancas son así.
Así es la escritura siempre entregando sus secretos a quien con ella comparte las horas. Así somos tu y yo, alejados  y estando aquí donde queremos estar. Palabras que se cruzan y se insinúan con una fragancia nueva, haciéndose las interesantes.
  nueva, haciéndose las interesantes.

1 comentario:

Encarni dijo...

José Miguel, pero chiquillo que relato más bonito nos has dejado. ¿Oye, tú eres poeta, verdad? Porque esta prosa no es de una persona que quiere hacer su tesis <:).
Me ha encantado, te lo aseguro.

Un abrazo.