lunes, 30 de julio de 2012
viernes, 27 de julio de 2012
Aromas de vida
Ay que olor más rico
¡Ay que olor más rico!, recuerdo que en las tardes de verano cuando había tormentas , mi madre no me dejaba salir a la calle para jugar con mis amigas. Vivíamos entonces en el pueblo, donde olía a pan recién hecho por las mañanas y a los jazmines del jardín. Cuando llovía, nos reclutaba en casa a mis hermanos y a mí para que no nos constipáramos. A través de la ventana de mi habitación contemplaba el paisaje mientras las gotas de agua salpicaban los cristales. Leía, escribía mis primeros desengaños amorosos, mis primeros poemas, y sobre todo soñaba con cosas que nunca se han cumplido.
Dolores del alma aparte, me embriagué de aromas que nunca he olvidado porque formaron parte de mi infancia y adolescencia, olores que me acompañaron en cada devenir y en cada sentimiento.
Si tengo que elegir uno, me quedo con el olor a tierra mojada, porque me parece pura vida, la naturaleza en su estado más auténtico, y cada vez que puedo aspirar este maravilloso olor, vuelvo atrás en el tiempo y en mis recuerdos y me digo ¡Ay que olor más rico!.Recuerdos en torno al galán de noche
¡¡Hola a todos!! Siento mucho no haber podido asistir a la última reunión de nuestro Café de Palabras. Aquí os dejo el texto que tenía preparado para la ocasión. Muchos besos para todos. ¡Nos vemos! :)
¡Ay que olor más rico! Pasar por aquí y percibir este dulce aroma me da paz, sosiego y tranquilidad. Vienen a mi memoria gratos recuerdos de la infancia. Esas interminables noches de verano jugando en la calle, charlando con los vecinos y escuchando los cuentos de la abuela Luisa, que tenía tantos nietos como niños se juntaban a su alrededor.
Vuelvo a inspirar con fuerza. Han pasado los años y el olor permanece. Una planta es la culpable de esta sensación de bienestar. De nombre Galán y de apellido Noche, perfuma un bello rincón lleno de macetas custodiado por una larga escalinata. Los peldaños culminan junto a un pequeño pilar cuyo ruido contribuye a la creación de un relajado ambiente.
Me detengo y disfruto del entorno acompañada por el silencio de la noche y las encaladas paredes. Pasados unos minutos bajo para escuchar el ruido del agua y beber un poco. Por más veces que pase por este lugar, nunca me canso de observarlo. ¡Esto es vida! Pienso mientras sigo percibiendo el rico aroma del galán de noche.
miércoles, 18 de julio de 2012
Córdoba
Ya hace un mes: Córdoba, ¿eres tú la que paseates por nuestras almas?
INTRODUCCIÓN
Cada día se parecía más a su sueño a
fuerza de tanto soñarlo: Viajar, hacer una tortilla de patatas, una buena
película y escribir. Mirándolo así tampoco parece demasiado.
Hizo las maletas y se fue a Córdoba. La
receta de papas y lo de escribir, tenía el presentimiento de conseguirlo.
Luego, imaginaba que cuando se
despertara al día siguiente, en la cama del hotel, se quedaría mirando
fijamente la primera luz que entrara por la ventana, la que siempre es verde, la
que habla regalando claridades y secretos. Detendría ese instante y pediría al
servicio de habitaciones que subieran unos cafetitos con churros de patata.……con
ella.
Escucharía, “Solamente Tú”, de Pablo
Alborán, haría Tai Chi y si hay suerte escribiría un poema, aunque se me abra
otra vez la herida.
Capítulo 1
Ya estamos en el tren, pocos
pasajeros, cinco, seis. Las siete y media de la mañana, los estómagos todavía
durmiendo, roncan de vez en cuando, obligándote a toser para disimular el
gruñido.
Tan temprano, alquien cuenta retazos
de su vida, no puede callar:
-Me voy a Canarias. Me ha dejado. Sóla
y pobre me ha dejado, -decía mientras miraba su maleta roja grande .Pero soy machadiana
y lorquiana, eso me salva, eso y mis versos.
Yo la escuchaba emocionado mientras
miraba por la ventana, llena de olivos; todos atentos a lo que sucedía.
Tin, ton, tin… próxima parada…
Es bonito viajar en tren, el
traqueteo del media distancia te ayuda a pensar.
Nosotros nos bajamos en Córdoba. Cristina,
Encarni y yo. Parecíamos tres escritores en plena generación de la crisis.
Íbamos diciendo, un taxi, no. Mejor
el autobús, es más bohemio, más social… más literario.
Y así fue. En el trayecto hablé con
un cordobés, mayor. Me preguntó de dónde veníamos, al decirle de Jaén, revivió
sus viajes. Qué rápido pasan las vidas.
Llegamos a un parque, las palmeras
nos recordaron al Califato Independiente, recreación de oriente en occidente.
Capítulo 2
Escribir tiene algo de magia, de abra
cadabra, de lo ves, pues ya no está. Por eso cómo voy a poder decir lo que en
la puerta del Hotel Califa…, no, no sabría. Tenía el aroma de lo que es real y
a la vez… onírico. Conforme me iba encontrando con cada uno de vosotros era
como si ya os conociera.
El ir escuchando vuestra voz, me
decía sí, sí, los conozco.
Capítulo 3
Rosa roja de puntillo, Góngora de bronce, oro
de aceite en media tostá que alimenta la ilusión de un sueño esperado. Alfredo
que invita.
Paseo entre Guadalquivires, san Rafaeles, amistad,
mezquitas, catedrales, sinagogas, plazoletas que no existen. Sólo aquí tendrás callejones del ancho de un pañuelo de mujer
cordobesa, la misma de Julio Romero de
Torres, que aparece en el cuadro “Naranjas y limones”, con sus naranjas de mesa
y sus dos limones de zumo.
Madera, cal, silla de enea. Geranios
que si no se arrancan a bailar por bulerías, no es por falta de ganas. Arco
iris con los rumores de unos nombres, patios de cuento; regalo de los que
escriben, abanicos de Toñi… poesía que aparece y se insinúa. Notas que se
llevan para siempre, aparecerán en escritos futuros, en música pendiente de escuchar.
Risas, isomnios que se combaten a
fuerza de anuncios de teletienda:
almohadas mágicaskansu,
cortadoras de verduras, de patatas que te harán vivir la vida, y no como
hasta ahora. Plumeros mágicos que atrapan el polvo con solo desenfundarlos.
Basta ya de limpiar inútilmente. Pierda esos kilos que le sobran, nuestra cinta
vibradora, lo hará sin que usted se dé cuenta. El problema fue que la programó
mal, y la cinta lo estrelló contra la pared, mientras lo liaba como si fuera
una cocreta.
Capítulo 4
Chelo inicia la búsqueda de sombreros de paja
que protejan de un sol de sábado, equívocos de tiendas donde los vendían.
El mismo Séneca recibe al entrar en la judería, no nos dejó
detenernos: Seguid a Carlos, a mí me leeréis más adelante.
Vestido de lunares, ojos que posan,
alegría de una mirada. Encarni, fija su
mirada en los detalles y se los pasa a la cámara.
¿Encontrarás la canción que te envuelva en aire azul?
Se te irá el santo al cielo con sólo revivir,
lo que ya fue. En la puerta de San Bartolomé, el mudéjar, guitarra y poesía que
se recita con el alma y que al alma llega. Entonces sólo entonces podrás
entender que un 16 de Junio, en Córdoba, tenga frío si no te veo sonreir.
Ahora no sé qué tecla del piano
tendría que tocar para no mencionarte.
Capítulo 5
Con las fuerzas justas para sostener
un vaso de cerveza, llegamos al restaurante. Nos sentamos a la mesa preparada,
aire acondicionado, cerveza tan fría que se te saltaban las lágrimas. Parada en
el camino.
A mi izquierda, Toñi. No tardé en
hablarle de recetas, por si me quería contar los secretos de la mejor tortilla
de papas del mundo, del salmorejo…; grabé cada ingrediente, cada cantidad, cada
tiempo, cada consejo, lo que admita.
Saboreé un flamenquín, unas aceitunas,
unas almendras, un jamoncillo, un quesillo curao de oveja.
Buscaba una palabra para ese momento.
No te quedes con las ganas. Grítalo, pero no me atreví ¡¡¡Vivan Los Novios!!!
Me contuve y mirando fijamente el pimiento
rojo de una aceituna rellena, me dí cuenta de que la esencia era la del
Homenaje, la admiración:
a la amistad, la cultura, el arte, al encuadrar una fotografía, las personas, la fugacidad
de la vida, la intensidad de una palabra, las dificultades, las dudas, la convivencia, el respeto, Córdoba.
A mi derecha estaba sentada María
José. La acababa de conocer y ya quería saber si no parecía una ilusión querer escribir más de
dos folios. Lo que no podía imaginar, es que me dijera que llevaba escritas
varias novelas.
Ahí se me acabó la conversación.
Le dí un tiento largo, muy largo a una copa de vino fino, Montilla Moriles, en
sus justos diecisiete grados luego le dí otro más corto. Lo agradecí,
generosamente porque en ese momento, como un flás, ví pintado en las paredes
una cita “cada día nos paremos más a nuestro
sueño a fuerza de tanto soñarlo: Viajar, hacer una tortilla de patatas... escribir”.
Volví la mirada a María José, la miré
como el que quiere copiar en un examen,
porque sabe que va a suspender.
Ella se dio cuenta. Así es la
literatura, ni más ni menos; como nosotros. Date tu tiempo…
Capítulo 6
En la sobremesa, los brindis, los
detalles de los organizadores, las frases escritas dedicadas a cada uno.
Luego en la noche paseando con vestido blanco
y acento de Uruguay. Prosa, poesía, silencios, música, miradas, cuentos,
relatos. Deja que siga diciendo, mirándote, recitando.
Columnas romanas del Ayuntamiento, sultana y
mora en su medina, cristiana en su Cristo de los Faroles.
Castaños de indias, tilos, olmos,
agua, si yo hubiera sabido de este sitio, te hubiera traído antes.
Césped que se hace más verde cuanto
más lo miras.
Qué clase de tinta invisible tatúa lo
que nadie puede contemplar si no tiene tu permiso.
Así terminamos en una plaza, Tendillas,
unas mesas, unas copas, restos del naufragio flamenco que por aquí pasó. Unas
risas. Dónde miramos si todo es Córdoba, si toda eres tú, madrugá celosa, que se pinta de carmín.
Fuimos felices, nos nacieron alitas
de colores y no nos dimos cuenta. Sólo al recordar, antes de dormir, veremos
esos momentos. Porque no hay nada que una
más que la libertad.
Mañana de nuevo saldrá el sol de tus
palabras y de tu forma de reír, eres tú, tan tú que no te extraño.
Gracias a todos los jueveros que cuidaron hasta el último de los detalles.
¡Ea!, esperemos que cuando le toque el turno a Jaén,
el Parador del Castillo de Santa Catalina, nos regale un cielo lleno de palabras
tan luminosas como el vinillo del Gorrión.
Un abrazo a todos.
Cinco
Cinco Tapper
La cocina es tan agradecida
que apenas la miro, ya está sugiriendo combinaciones,
acrobacias, equilibrios. Aromas de cuando dormí contigo.
A veces como beduino, nómada
de los sabores, te busco por dunas y
desengaños llenos de duda. Otras, me instalo sin prisas en un plato. Monto la
tienda, dátiles como los tuyos no hay. Abundancia, como los sonidos de la noche
cuajada de estrellas. Se oye una cabra y se preparan cinco mojitos.
Lloré cortando cebolla
acordándome de ti.
Para poder volver, me falta una calle llena de geranios.
Me
gustas tanto, niña, que pongo la radio, harina candeal, aceite, ajillos…; salsa
tipo moja rápido que está más buena cuanto menos queda. Sobra, la congelo en el
Tapper. No le pongo etiqueta, para qué, si podría identificarla con solo cantar
en el jardín, siento que te estoy queriendo.
Y así voy guardando hasta
cinco sabores que en su día me derretían, cada uno en su Tapper. Fui guardando
por si me faltaba un beso, por si tenía que inventar unas risas, olvidar un
tormento, un sueño que soñar, un libro que publicar.
Así voy guardando y ya no se
lo que guardo.
Te guardo a ti y no sé dónde te tengo.
miércoles, 11 de julio de 2012
Fantasías
Fantasías secretas, presenta
a una que se repite de mil maneras.
Mi fantasía es tan secreta que sólo la intuyo. Se parece
a un beso, a un caramelo de café, y al mejor paisaje que se pueda contemplar.
Pero de ahí no pasa, no se deja y mira que lo intento.
A veces me propone empresas imposibles para mí. El premio
sería verla sin el velo que la oculta, andando descalza con danza de bailarina,
su pelo suelto confundido con el aire y su palabra, que nunca oí.
Convénceme. ¿Convencerla de qué?, soy así. Hazlo por mí, imita al muchacho, el de pelo
largo que lo recoge en una coleta, bien afeitado, patillas largas. Desparpajo
de poeta que no finge. El que se planta en la calle cada día y va diciendo cosas como:
-¡ por un cigarrito daría yo mi fortuna, oiga!
-¡Señora, no le
miento, dos eurooos tengo que juntar para la cervecilla!
Y aquí me tenéis, me he dejado pelo largo, largas
patillas y en una calle cualquiera voy yo
también pregonando mis delirios:
-¡Señora, créame si le digo que oigo arpegios tan bellos
que sólo de ella pueden venir!
-¡Señora, que llevo calcetines de colores…!
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