lunes, 19 de noviembre de 2012

La contraseña





Después de tanto tiempo había perdido la esperanza de ver aquel pájaro sobrevolando el castillo, pero esa mañana al despuntar el día, un halcón se posó en la almena de su caballero cruzado. 
Fue tal  su regocijo que al vestirse prescindió de sus enaguas y otras prendas  íntimas para visitar los pasadizos  esa  noche.




1 comentario:

Rafael dijo...

Sonrío y pienso que efectivamente sí, si era una contraseña.
Un abrazo.