Después de
tanto tiempo había perdido la esperanza de ver aquel pájaro sobrevolando el
castillo, pero esa mañana al despuntar el día, un halcón se posó en la almena
de su caballero cruzado.
Fue tal su regocijo que al vestirse prescindió de sus enaguas y otras prendas íntimas para visitar los pasadizos esa noche.
Fue tal su regocijo que al vestirse prescindió de sus enaguas y otras prendas íntimas para visitar los pasadizos esa noche.
1 comentario:
Sonrío y pienso que efectivamente sí, si era una contraseña.
Un abrazo.
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