viernes, 12 de octubre de 2012

Érase una vez ...



Érase una vez…  palabras, la más  flamenca, Érase. Con tacones  presumía, al compás de su cante cambiaba los corazones. Y a todos susurraba que el escribir una palabra, sólo una, era como llenar una copa de vino único, cosecha propia, la que nadie tiene. Barrica que tanto has mimado, habrá que escanciarlo con sorbetes que rieguen las ideas tanto tiempo madurando. Mejor hoy.

Luego arreglá, bromea; frunce las cejas si no ríes. Enganchá del brazo no deja de contar, pide ir a la feria de San Lucas por sendas llenitas de historias, de vidas, de promesas de besos, de tapas…lo que salga de tu boca yo me lo creo, cuéntame.

No te das cuenta que cada día sin escribir, te pierdo. Es que no sabes que has terminado los exámenes y puedes, sin pedir permiso, soñar.

No te preocupe el no sé, ni el cómo, ni la gramática. Ni el repetir en pocas frases el mismo entonces cinco veces. Porque se entiende. Todo se corrige, menos una caricia. 

¿Y el nudo?, el único que te tienes que conocer cuando pierdas algo es el de San Cucufato. Eficacia probada.

Escribe porque sí, para que podamos sentarnos, recostados en el tronco de una acacia, donde los cuentos anden sueltos con las novelas y los ensayos.

Escribe porque llegará un momento en que te devolverá por cada sílaba una historia que escribiremos juntos.

Así es Érase, luego en las casetas se bebió hasta el agua de las macetas, pero esa, es ya otra historia.


1 comentario:

San dijo...

Escriba señor Jose Miguel y que no se pierda una sola palabra, porque las palabras enamoran. Vivamos la feria de San Lucas como si fuera la primera feria de una vida que comienza.
Un abrazo.