viernes, 26 de octubre de 2012

Por las encrucijadas de la vida ( Micro relatos)



Fue una atracción perfecta, planificada por las encrucijadas de la vida, se presentó perfumada y amable. Aceptó, pudo sentarse en uno de los sillones relax, reconvertibles en cama plegable. Desanudó el pañuelo de seda, lanzado al aire fue águila, gaviota, mirlo y por fín alondra vespertina. 

Mientras, intentaba quitarse el zapato con la ayuda del otro pie, alzó la mano y pidió un lugumba con cubitos. Justo ahí aparecieron los de seguridad del Centro Comercial… lo demás fue cara de felicidad al recuperar su pañuelo extendido en la alfombra líbremente, calzarse su zapato y decir,  tengo una tirita en la herida que más duele y nunca cura. 

Lo acompañaban a la salida, volvió la mirada de poeta loco agradecido a todo y a todos.

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